Prólogo

De enano, como ya era disléxico -de toda la vida como bien indica este blog-, yo leía prodólogo, en vez de prólogo: una extraña mezcla en podólogo y lo que va antes del primer capítulo, resumiendo, el prólogo.
 Y a mí lo que me apetece, aquí es mezclar y criticar, mezclar las churras con las merinas, a Marias (que estás en los cielos) con Muriel Spark (que la pobre si que lo está de verdad de la buena, lástima, la mujer), a Ionesco con Graves, a Mo Yan  (que es un escritor que escribe como Gabriel García Márquez pero en mejor ) con Modiano que es un escritor que escribe como nadie y que nadie conoce y así hasta la saciedad y la ansiedad, inclusive.
 De todo corazón, yo lo único que sé hacer bien en la vida es leer y caca, porque ambas cosas me salen solas y con un mínimo esfuerzo, y ya que mi amiga -y de todo, porque ya no tengo adjetivo con qué adjetivarla-, la señora draper, me ha regalado este blog, que llevaba yo ya tiempo rumiando con ella y de caca no se llena un blog, bueno no sé yo, la verdad, porque visto lo visto en tele 5…en fin, que voy a escribir sobre libros, sobre los libros que leo y releo: si te mola lo que escribo; bien y si no te mola, pues también, bien.
 Como dice otra amiga común de la draper y mía, María Lladó: “Criticar une mucho” qué gran verdad y de la gordas como las de Botero, así que espero que os unáis muchos, critiquemos a mogollón y leamos a saco, que es de lo que va esto, Paco.