Capítulo 7. Diario. André Gide. Alba Minus Clásicos.

Me he leído el diario de Gide como me bebo una cerveza Alhambra 1925: ansiosamente.
A mí me tira la gente radical, inmoral y que no pretende caer bien a todo el mundo: si caes bien a todo el mundo, yo me voy a vivir a la nave Nostromo; me molan los diletantes, los esnobs, los  que evolucionan y cambian, porque quiere decir que escuchas, miras, progresas o, quizá, vas para atrás, vamos aprendes.
Y Gide supone todo eso, se pasó por el forro de los cojones a todo el mundo, eso sí, señores/as, elegantemente, en silencio (que es como mas ruido se hace), con equivocaciones y clase: y encima ganó el Nobel y fue el comienzo de la manera diferente de contar las cosas que llevaron al máximo Camus, Duras o Peret; toma y toma y encima se inventó mil veces, fue un inmoral como dios manda y la única palabra que no usó en sus escritos fue: miedo.
Me encanta leer a un tipo que te cuenta las cosas que le pasaron hace un siglo con un coco tan abierto y contemporáneo que parece de hoy y no de hace un siglo.
En este libraco que es la polla hay libertad, hay mala fe y verdad, hay humildad, hay sensibilidad y hay otra manera de ser, pensar y contar: hay una vida contada en primera persona.
Proust, France, Unamuno, D'anuzzio, Camus, Sartre, Joyce...menudos secundarios, menudos.
Sólo unas líneas: las ultimas aventuras que he corrido me han dejado una repugnancia inexplicable.
Si me muero mañana, grabadme esto en la lápida, por favor.

miércoles, 6 de febrero de 2013

2 responses to Capítulo 7. Diario. André Gide. Alba Minus Clásicos.

  1. Unknown says:

    Ni se te ocurra morirte mañana. Lo digo en serio.

  2. Anónimo says:

    Allí estaremos, pues. De momento te digo que las cosas hay que repetirlas muchas veces, que el personal no se entera. (Lo dijo Gide, lo reitero).

    Vincenzo Pistoiese

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